No sé si les ocurra a ustedes, pero resulta penoso volver a ver los
nombres de amigos o familiares fallecidos en las redes sociales o en las
cuentas de correo electrónico. Ahora que el uso de redes sociales se ha
intensificado, vemos cuentas de personajes públicos, como la de Hugo
Chávez en Twitter, que continuó incrementándose luego de su muerte. Al
menos nos queda revisar los últimos “tuits” del presidente Chávez.
Acaba de fallecer Robin Williams, y fue un gesto especial encontrar
el último mensaje que escribió enviado a su hija en Facebook. Es decir,
las redes nos permiten seguir las huellas de estos personajes públicos
en su interacción en estos espacios.
Resulta extraño y sorprendente que, de pronto, de parte de algunos
amigos ya fallecidos vuelvan a aparecer mensajes en su muro de Facebook,
o “tuits” en su TL. Una verdadera resurrección virtual. Entendemos que
son familiares o amigos cercanos que han tenido acceso y han “heredado”
sus cuentas. No obstante, es un tema casi ético el uso que se da a esas
cuentas en redes, a esos correos electrónicos, a esos blogs de personas
fallecidas.
Pero ya existe una política diseñada, desde estos diferentes espacios
de actividad virtual, en caso de usuarios fallecidos. Cada red
implementa sus procedimientos que consisten en que sus familiares envíen
datos de identidad del usuario fallecido, las razones del
fallecimiento, prueba de parentesco, entre otros.
Incluso alguna red solicita el envío de una necrología aparecida en
un periódico para asegurarse de que el cierre de la cuenta es
procedente. De manera similar, en Gmail y Hotmail se han diseñado
políticas que incluyen el envío del certificado de defunción y otros
documentos. De esta forma se “sepultan” en el campo virtual las cuentas
de los usuarios fallecidos.
Otra novedad es el aparecimiento de una red social destinada a
conmemorar a los familiares fallecidos denominada In Memoriam, son
espacios de memoria en los que se pueden cargar fotografías, videos y
mensajes en recuerdo de los seres que ya no están con nosotros.
Si antes eran las radios y los diarios los medios por los cuales se
notificaban los fallecimientos de familiares, ahora están siendo
claramente desplazados. A través de las redes es como se anuncian estos
lamentables decesos y, a través de estos mismos medios, se envían las
condolencias respectivas.
El mundo virtual es un lugar que expresa varios aspectos de la
dimensión humana: las alegrías que causan los nacimientos, los eventos
especiales, logros académicos y laborales; es el espacio para celebrar
los cumpleaños de amigos y familiares o compartir las aventuras de los
viajes. En ocasiones traslucen en las redes las desdichas y los
desamores; pero las redes sociales son también los espacios en los que
la muerte, insoslayablemente, se hace presente.
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