La espantosa e inconcebible muerte de decenas de niños y niñas en
Gaza, y de algunos también en Israel, constituye la muestra de que los
fanatismos del sionismo y del islamismo de Hamás han tomado un giro
peligroso. No es casualidad que se cuenten niños entre las primeras
víctimas de ambos bandos. El reciente problema de hecho surge cuando
mueren tres niños judíos a manos de Hamás. Luego vino la ley del Talión y
un niño palestino fue quemado vivo en pleno Jerusalén. Hoy en Gaza, con
horror podemos observar decenas de niñas y niños convertidos en
víctimas de esta infernal espiral de violencia, un verdadero “holocausto
palestino”.
Se asesina a niños desde el ala fundamentalista del sionismo porque, a
final de cuentas, ellos son el futuro del pueblo palestino, terroristas
o no, y lo que este sector quiere es constituir un Estado judío sobre
el territorio palestino, con la menor cantidad posible de no-judíos. Se
trata entonces de una operación de limpieza étnica. Se asesina a niños
israelíes desde Hamás porque ellos son la expresión de ese Estado de
Israel, que no debería existir, puesto que su pacto fundador establece
la formación de un Estado islámico. Ambos fundamentalismos terminan
convergiendo y los niños han sido esta vez las víctimas propiciatorias.
El sionismo, cuyo término viene de los ‘amantes de Sion’ (fortaleza
que conquistó David, situada en la colina oriental de Jerusalén), es un
movimiento e ideología compleja que no tiene un carácter monolítico. Uri
Avnery, fundador del Consejo Israelí para la paz israelo-palestina,
sostiene que el sionismo ha llegado a su límite. En el surgimiento del
sionismo, como movimiento político-religioso, su bandera de lucha fue la
creación de un Estado judío en Palestina. Theodor Herzl, por su obra El
Estado judío, es considerado el fundador el sionismo, quien propugnaba
un Estado liberal y laico. No obstante el sionismo ha tenido una
diversidad de interpretaciones. Según el propio Avnery, el sionismo hoy
puede significar únicamente “patriotismo israelí combinado con el dogma
de que Israel es un Estado judío”; pero también puede significar que
“los judíos en todo el mundo son un pueblo y que Israel pertenece a ese
pueblo”.
Para los sionistas de derecha significa el establecimiento de un
Estado judío en todo el territorio de la palestina histórica. Esto debe
ocurrir porque su dios lo quiere de esta forma. Pero no debemos olvidar
que hay ultraortodoxos antisionistas, que plantean que no debe existir
Estado de Israel ni ejército, siguiendo los preceptos de la Torá. Para
los sionistas religiosos, en cambio, el sionismo fue el precursor del
Mesías y el Estado judío debe gobernarse en base a leyes religiosas.
Hoy, el sionismo está tomado por el nacionalismo, la derecha y el
fanatismo religiosos. El propio Avnery ha propuesto la idea del
postsionismo, bajo la premisa de que el sionismo, con sus luces y
sombras, fue un “andamio para la construcción de la casa, pero una vez
que la casa fue construida este andamio debe ser removido”. El Estado de
Israel requiere repensar esta ideología que lleva al exterminio no solo
de los palestinos, sino que pone en peligro a su propio pueblo, debido a
la preocupante reacción antisemita que provoca.
No hay comentarios:
Publicar un comentario